¡Buen día seguidores!
Lola recibió el encargo de esculpir una estatua de
la reina Victoria y otra del Zar Alejandro I, pero rechazó ambas ofertas porque
la obligaban a adoptar la ciudadanía británica o rusa…y sí, nada es gratis en
la viña del señor.
Lola trabajaba incansablemente.
En 1909, a los cuarenta y dos años de edad, contrajo matrimonio con Luis
Hernández Otero, un simple empleado del Congreso, sobrino nieto de José
Hernández, diecisiete años menor. Lola hizo figurar en el acta que contaba sólo
con treinta y dos años para que no quede expuesta semejante diferencia de edad.
De todos modos, no fue una feliz unión y estuvo rodeada de diversas versiones
que fueron desde que mantenía una relación amorosa con Julio Argentino Roca, gran admirador y amigo de Lola, hasta que tenía
inclinaciones bisexuales y se casó sólo por las apariencias. Versiones que
quedaron sin confirmación, debido a que sus sobrinas quemaron toda la
correspondencia íntima de Lola y negaron ambas interpretaciones.
¿Ustedes se preguntarán por qué
hicieron desaparecer toda la evidencia en vez de defenderse y aclarar todas las habladurías con las
cartas?... Y sí, yo pienso lo mismo…
En 1914 moría Roca, y Lola
quedaba expuesta al mundo, porque ya no gozaba de los beneficios de su protector.
En 1915 el Congreso decidió desmontar sus esculturas, tildando su obra de
“adefesios horribles”.
El
diputado Luis Agote agregó: "No demuestran nuestra cultura ni nuestro buen
gusto artístico".
Lola se arriesgó a imponer sus
ideales. La mujer de esa época era
recatada, sumisa y sometida. Ella no sólo se impuso sino además, mostró a la
mujer desnuda, libre, natural, orgullosa de su cuerpo, de sus curvas, de su
femineidad y, los puritanos lo
entendieron como inmoral y pornográfico. De todos modos, corrió mejor suerte
que Camille Claudel.
En 1917 se separó legalmente de
su marido aunque ya no vivían juntos, acto que no podemos dejar de resaltar, ya
que era inusual que una mujer intente y lleve a cabo una ruptura matrimonial
formal.
En 1918 la municipalidad
porteña desmanteló la Fuente de las Nereidas y finalmente quedó, donde se erige
hoy, en la entrada de la Reserva Ecológica.
En 1920 Lola abandonó para
siempre la escultura para dedicarse a nuevas tecnologías.
Impulsó el dispositivo llamado
cinematografía a la luz, que permitía ver cine sin necesidad de oscurecer una
sala.
En 1925 se deja sin efecto la construcción del Monumento
a la Bandera. Era la última obra encargada por el Estado. No obstante, Lola
siguió trabajando en distintos proyectos. Uno
fue la extracción de combustibles con base en destilación de rocas
fósiles. Participó también como contratista en la obra del tendido de rieles
del Ferrocarril Transandino del Norte, más conocido como Huaytiquina, por donde
hoy transita el mundialmente famoso tren a las Nubes, en la provincia de Salta. Resultó un
rotundo fracaso y se llevó todos sus
ahorros.
Entre 1932 y 1933 se instaló en
Buenos Aires, al cuidado de sus sobrinas, en un estado de deterioro físico y
mental considerable. Pasó varios meses postrada, debido a un ataque cerebral
sufrido en 1935, hasta que el 7 de junio
de 1936, falleció, a los sesenta y nueve años. Sus restos se trasladaron desde
el Cementerio de la Chacarita hacia el cementerio del oeste, en Tucumán en
1977.
En su memoria, la ley 25003 instituyó, en 1998, la fecha de su nacimiento, el 17 de noviembre, como Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas.
"El decidirse por el arte
ya había significado una proeza, recordemos la fecha de sus comienzos y su
actuación inicial. Mujer y escultora parecían términos excluyentes. Los
prejuicios cedieron, sobrepujados por la evidencia de su obra".
Diario La Nación
"Es el homenaje perenne y
sincero que compensa, hasta cierto punto, la ingratitud material de los poderes
públicos y la sorda hostilidad de nuestros círculos artísticos que veían en
Lola Mora la expresión de gustos anticuados y definitivamente 'pasados de
moda".
Diario Crítica
"Siempre nos sorprende la tragedia del
talento olvidado. Ahora más, al herir a una mujer, a la primera mujer
argentina, cuya vocación supo afrontar las dificultades del mármol, los
laboriosos primores del modelado de la arcilla."
Caras y Caretas
Una mujer que rompió los
esquemas, que se destacó ampliamente en lo que hizo, y sin embargo, la
criticaron duramente por jugarse, por arriesgarse, por demostrar al mundo que
somos capaces de destacarnos sin la necesidad de un hombre en quien apoyarse.
Una lástima que nació en una época equivocada… Se imaginan, Lola Mora,
modelo 2016…. Seguramente no hubiera sido castigada, hostigada ni olvidada.
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