¡Buen día seguidores!
Greyfriars Bobby fue un perro de la raza Skye Terrier que fue protagonista de una historia pintoresca en Edimburgo, Escocia del siglo XIX.
Cuenta la leyenda que el propietario de este perro era un policía local, John Gray que enferma gravemente de tuberculosis que fallece el 8 de febrero de 1858. Fue enterrado en el cementerio Greyfriars junto a la iglesia de Greyfriars en el pueblo viejo de Edimburgo. La anécdota surge porque dicen que Bobby permaneció junto a la tumba de su amo hasta su muerte el 14 de enero de 1872, y que fue enterrado en la puerta del cementerio, cerca de la tumba de Gray.
Al año siguiente Lady Burdett Coutts
hizo construir una estatua y una fuente en el lado sur del Puente George IV.
Y acá se terminó la magia: en el 2011
la Universidad de Cardiff, tras muchos años de investigación, publicó que
era toda una movida publicitaria para atraer el turismo.
Luego de la aparición de la historia
de Bobby las visitas al cementerio aumentaron muchísimo, lo cual se convirtió
en una situación lucrativa para la comunidad local.
De todos modos, Jan Bondeson autor de
Greyfrias Bobby: El perro más fiel del mundo, declaró: "Nunca será posible desacreditar la historia de Greyfriars Bobby – él es una leyenda viviente,
el perro más fiel del mundo, y más grande que todos nosotros".
En la lápida está escrito lo siguiente:
Greyfriars Bobby - Fallecido el 14 de enero de 1872 - 16 años
Que su lealtad y
devoción nos sirvan de lección a todos.
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